Actualizado 18 febrero, 2025 Por liliana
La ansiedad en niños es más común de lo que muchas personas piensan, y aunque es normal que los niños experimenten preocupaciones de vez en cuando, la ansiedad persistente puede afectar su bienestar emocional y su desarrollo. Los niños pueden sentir ansiedad por diversos motivos, como la separación de los padres, las expectativas escolares, los cambios en su entorno o el miedo a lo desconocido. Afortunadamente, existen diversas estrategias que los padres y cuidadores pueden implementar para ayudar a los niños a manejar sus preocupaciones de manera saludable.
1. Escuchar y validar sus sentimientos
El primer paso para ayudar a un niño con ansiedad es escuchar atentamente lo que tiene que decir. A menudo, los niños pueden sentirse incomprendidos o ignorados si sus preocupaciones no son tomadas en cuenta. Validar sus emociones les permite saber que está bien sentirse ansioso y que es una parte natural de la experiencia humana. En lugar de minimizar sus miedos o decirles que «no se preocupen», es importante reconocer sus sentimientos y asegurarles que es normal tener preocupaciones de vez en cuando.
2. Enseñarles a identificar y nombrar sus miedos
Ayudar a los niños a identificar y nombrar lo que los hace sentir ansiosos es un paso importante en el proceso de manejo de la ansiedad. Puedes preguntarles qué les preocupa y luego ayudarlos a describir el miedo o la preocupación. El acto de ponerle un nombre a lo que sienten puede ayudar a que el miedo pierda parte de su poder y se convierta en algo más manejable. Hacer que el niño se exprese verbalmente también le permite externalizar sus pensamientos y entender que no están solos en sus sentimientos.
3. Fomentar la respiración profunda
Una técnica efectiva para ayudar a los niños a manejar la ansiedad es la respiración profunda. Este ejercicio puede calmar el cuerpo y la mente, reduciendo los síntomas físicos de la ansiedad, como la tensión muscular y la aceleración del corazón. Puedes enseñarles a respirar profundamente con el siguiente ejercicio: pídele que inhale por la nariz durante 4 segundos, mantenga la respiración durante 4 segundos y luego exhale lentamente por la boca durante 4 segundos. Practicar este ejercicio varias veces puede ayudarles a sentirse más tranquilos cuando surjan momentos de ansiedad.
4. Establecer una rutina predecible
La incertidumbre y la falta de control son grandes desencadenantes de la ansiedad en los niños. Tener una rutina diaria predecible les da a los niños una sensación de seguridad y control. Saber qué esperar durante el día les permite sentirse más tranquilos. Establecer horarios regulares para las comidas, el tiempo de juego, el estudio y el descanso también ayuda a reducir la sensación de caos y ansiedad.
5. Hablar sobre la ansiedad de manera abierta
Es importante hablar con los niños sobre la ansiedad de manera abierta y honesta. Si un niño tiene miedo de algo, como un examen, una cita médica o un cambio en la rutina, hablar de ello abiertamente puede ayudarles a comprender sus emociones y a prepararse para lo que sucederá. Puedes ofrecerles estrategias para manejar sus miedos, como pensar en soluciones prácticas o enfocarse en cosas positivas que puedan hacer antes o después del evento que les genera ansiedad.
6. Enseñarles a desafiar pensamientos catastróficos
Los niños con ansiedad pueden tener pensamientos catastróficos, es decir, suponer que algo malo sucederá, incluso cuando no hay evidencia que lo respalde. Ayudar a los niños a desafiar estos pensamientos irracionales es fundamental para reducir la ansiedad. Enseñarles a pensar en otros resultados posibles y a preguntarse «¿Qué pasaría si lo peor no sucediera?» puede ayudarles a poner sus miedos en perspectiva. Esta habilidad de reestructurar pensamientos también es valiosa para toda la vida.
7. Fomentar la relajación y actividades recreativas
Las actividades relajantes, como la lectura, el dibujo, el juego al aire libre o la música, son excelentes maneras de reducir la ansiedad. Fomentar que los niños se dediquen a actividades que disfruten no solo les proporciona distracción, sino que también les permite liberar tensiones de manera saludable. La actividad física, en particular, puede ser muy útil para reducir los niveles de ansiedad, por lo que es importante asegurarse de que los niños tengan tiempo para jugar y moverse.
8. Limitar la exposición a noticias estresantes
La exposición constante a noticias inquietantes o preocupantes puede aumentar la ansiedad de los niños, especialmente si no comprenden completamente lo que está sucediendo. Es importante filtrar el contenido al que los niños están expuestos, tanto en televisión como en Internet, y discutir cualquier tema preocupante de manera apropiada para su edad. Asegúrate de proporcionarles información tranquilizadora y de ser un recurso confiable para que puedan expresar sus inquietudes.
9. Usar historias o libros para explicar la ansiedad
Los libros pueden ser una herramienta útil para enseñar a los niños a manejar la ansiedad. Hay muchos libros infantiles que abordan temas como la ansiedad, los miedos y cómo manejarlos de manera positiva. Leer juntos estos libros puede abrir la puerta a una conversación sobre sus propias preocupaciones y ofrecerles ejemplos de cómo otros personajes enfrentan la ansiedad de manera saludable.
10. Buscar ayuda profesional si es necesario
Si la ansiedad de un niño persiste o interfiere significativamente con su vida diaria, puede ser útil buscar la ayuda de un profesional. Un terapeuta infantil puede trabajar con el niño y su familia para enseñar habilidades de manejo de la ansiedad, así como abordar cualquier problema subyacente que pueda estar contribuyendo a la ansiedad. En la mayoría de los casos la terapia psicoanalítica es la solución
Conclusión
La ansiedad en los niños es un desafío que muchos enfrentan, pero con las estrategias adecuadas, es posible ayudarles a manejar sus preocupaciones y a sentirse más seguros. Al ofrecer un entorno de apoyo, hablar abiertamente sobre la ansiedad y, si es necesario, buscar ayuda profesional, los padres y cuidadores pueden desempeñar un papel clave en el manejo de la ansiedad de los niños y en el fomento de su bienestar emocional.